EPILOGO / PROLOGO


En algún punto de nuestra Galaxia, dentro de mucho, mucho tiempo…Aunque no tanto.

Para Mar, observar el lanzamiento al espacio de una nueva remesa de esporas era el acontecimiento por el que había elegido salir del habitual estado de letargo físico en el que permanecía el 99% de su tiempo. La intención era simple. La vida en la tierra había desapareciendo solo el hombre había sobrevivido. El resto, cientos de miles de especies animales y vegetales, solo existían de forma secuenciada, en el cerebro de un ordenador sólido, a la espera que una impresora de ADN materializase el milagro de la vida. El problema era que no existía un lugar propicio para que el hombre pudiese sobrevivir y desplegar su tecnología generadora de vida. Las esporas eran una segunda opción viajarían errantes durante miles de años en estado latente. Solo era cuestión de tiempo llegar a un ambiente propicio para que la vida iniciase de nuevo su ciclo desde su forma más elemental.

– ¿De verdad fue un día tan hermosa como muestran las viejas imágenes, padre?

– ¿Otra vez curioseando en la historia de “los antiguos”, hija?

– Sí. No puedo dejar de pensar en ello. Me parece increíble todo lo que de ella se cuenta… que alguna vez fuera así, y que los humanos habitásemos en ella.

– Ha pasado mucho tiempo, tanto, que a veces siento dudas sobre lo que fue o no fue realidad. No puedo evitar cuestionarme si todo paso como esta registrado en estos viejos soportes que coleccionas. Lo que si es cierto es que tuvimos que huir del planeta.

– Pero… ¿porqué, padre?

– Bueno, supongo que no hicimos caso, quiero decir, nuestros antiguos no lo hicieron.

Hoy, en cierta forma, se repite una historia que a ellos mismos ya les contaron sus antiguos, sólo que esta vez no encontramos la cima de un Monte donde posar nuestra arca y comenzar de nuevo…

– ¿A qué te refieres?

– Es…es un relato demasiado largo.

– Resulta hoy tan inhóspita y distinta a la vista… ¿Crees que algún día podremos volver a habitarla?

– No, no lo creo. El tiempo que tendría que pasar para ello sería inasumible para la existencia de nuestra propia Arca, y ni siquiera tenemos la certeza de saber si seríamos capaces de sobrevivir allí, dadas las nuevas circunstancias.

– ¿No contaron con eso los Sabios?

– Digamos que no tuvieron margen para ello, antes de que se desencadenara el desastre.

– ¿Cómo llegamos hasta el Arca?

– De eso, hija, hace ya mucho. Todo se precipitó. Ya era demasiado tarde, fueron días en que la Tierra decidió rebelarse contra aquellos, que la habían esquilmado. Fueron épocas de hambrunas, de grandes migraciones de masas humanas que se invadían unas a otras. Épocas de terror, de radicalismo y extremismo exacerbado, de muerte, de cambios en el clima que no pudo superar un mundo demasiado estructurado, moldeado a imagen y semejanza de lo inmediato, de todo lo que era humano.

Aparecieron las epidemias, y después…después comenzaron los exterminios masivos, la locura de ver enemigos e infectados por todas partes.

La última gran purga, la de la “Solución Definitiva”, era la única vía de quienes gobernaban, basada en echarse siempre las culpas unos a otros y ver quién era capaz de acometer la atrocidad más grande contra el vecino, acabo ocurriendo lo que se sabía que ocurriría. El remedio se les fue de las manos y terminó con el exterminio de la práctica totalidad de la vida sobre La Tierra.

El reducido consejo de Los Sabios se apresuró a poner en marcha la última fase del proyecto ARCA, y fue así como un grupo de elegidos, insuficientes del todo, pero seleccionados según un criterio de Humanidad en su vertiente más positiva, partió al espacio en este hábitat, un arca que hasta hoy da cobijo a lo que queda de nuestra especie. Por supuesto otras muchas naves salieron al espacio con algunas de las principales y más poderosas «ratas», fueron las primeras en abandonar nuestro mundo cuando ya no había duda de que se hundía sin remisión, pero aquí su dinero y poder ya no tenía efecto alguno. Su fin llego paralelo al consumo de todos los recursos que habían conseguido embarcar. Sencillamente no renunciaron a ninguno de los privilegios de los que disponían en la tierra. No contaron con que el viaje resultaría ser mucho mas largo de lo que estaba planeado. Decidieron embarcarse en hábitats menos austeros y también más efímeros, aquellos que soportarían peor el paso del tiempo en caso de no llegar a buen puerto en un período determinado. Puerto que nunca encontramos, como ya sabes.

– ¿Y qué hay de todo aquello cuanto llevamos a bordo?, ¿qué pasará con todo el material genético y nuestro pensamiento?, ¿qué ocurrirá con el pueblo del Arca?

– De momento no hay respuesta, hija. Conseguimos sobrevivir a bordo de esta inmensa nave, y en ella nos mantenemos. Después de centenares de generaciones, no hemos avanzado en nuestra posibilidad de colonizar otro planeta.

– Pero hoy mismo, tal vez mañana, podríamos encontrar lo que estamos buscando.

– Explícame más por favor!

– No veo por qué no, al fin y al cabo, si lo conseguimos, serás una de las elegidas para llevarlo a cabo.

– ¿Yo?

– Claro, tú y los de tu generación. Para eso os educan.

– ¡Pero a mí no me han contado nada!…

– Aún no, hija. Pero si aún no estás preparada lo estarás muy pronto, así que, yo mismo te daré pistas. Escucha atentamente:

Uno de los logros más valiosos de la Humanidad ha sido, es, y esperamos que sea, la Ciencia bien aplicada.

Esta Ciencia estaba muy avanzada en el momento del Gran Desastre, pero no lo suficiente como para ser tenida en consideración como solución a los males que nos azotaban. Por desgracia, los gobiernos de las distintas naciones de La Tierra la tuvieron siempre en un segundo plano disponíamos de soluciones, pero no de su atención.

Al Arca trajimos lo mejor de ella, aunque los avances desde entonces han sido muy desiguales. Sin embargo, hemos profundizado mucho en Física del plasma y en otras ramas que, por resumir, están muy cerca de lograr los viajes en el tiempo.

– ¿Viajes en el tiempo, padre?

– Así es. Explorar el Espacio-Tiempo, y dominarlo.

– ¿Es esto posible, acaso?

– Hija, alguien dijo una vez que el lobo miró a la luna y aulló, mientras que el humano la miró y logró llegar a ella…

– ¿Quieres decir que podríamos viajar a un futuro muy lejano, y poblar una Tierra recuperada?

– Es una opción, pero nada garantiza que vuelva a estar en condiciones de ser poblada, y aun existiendo esta posibilidad, debes recordar que en este Arca viajamos con lo mejor de la Humanidad. Tal y como hemos evolucionado, Nuestros cuerpos no serian funcionales en nuestro antiguo planeta nuestra única fuerza es el conocimiento acumulado.

– No acabo de entenderte.

– El Consejo de Sabios quiere dar una segunda oportunidad a la especie y a todos los descendientes desaparecidos.

– ¿Cómo?

– Logrando que muchos de los de tu generación viajen a ciertos momentos del pasado, a determinados años de aquellas décadas en las que aún estábamos a tiempo de moldear un futuro distinto para la Tierra. Un futuro compatible para la existencia de la Humanidad en convivencia con cuanto le rodeaba, y que, en cualquier caso, podría ser capaz de otorgar un margen de maniobra más amplio a la Ciencia, para lograr avanzar en la búsqueda de soluciones sostenibles.

– ¿Y qué se supone que haremos?, ¿apareceremos allí y diremos, «hola, venimos del futuro para educaros por vuestro bien y el de las generaciones venideras»?

– No, claro que no. Ni siquiera podrán veros. Ya hay fórmulas. Sólo removeréis conciencias, susurraréis al oído de aquellos que quieran escucharos, haréis soñar a los despiertos, para que poco a poco se unan entre ellos y despierten a los que duermen.

– Es peligroso y arriesgado jugar con el tiempo, sí, pero creemos que, bajo determinadas formas de actuación, podemos lograrlo. Al fin y al cabo, desde nuestro nacimiento como especie no hemos hecho otra cosa sino modificar a nuestro antojo el devenir de cuanto nos rodea.

De todos modos, hay evidencias que apuntan a un fin común, a una posible coexistencia, y, en cualquier caso, superar este destino de hoy, sin tener que llegar a él, sería un logro asumido por toda la gente de el Arca; el último pueblo humano…

– ¿Crees que yo formaré parte del programa, padre?, ¿Viajaré?, ¿Lograré algún día susurrar al oído de alguien de ese tiempo que olvidamos?…

Creo que es más que posible que en otro plano de la multi-realidad del universo, en este instante acabas de hacerlo.

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