Hace 200.000 años un cuerpo celeste se aproximó en exceso a nuestro planeta. Su tamaño era suficiente para haber causado un desastre considerable. Por muy poco… pasó de largo, aunque si se produjo una lluvia de micro meteoritos que durante varias noches iluminaron el cielo nocturno. Fueron pocos, apenas 50 los que consiguieron atravesar la atmósfera la mayoría se hundieron en el mar otros se pulverizaron al impactar en el suelo solo 3, tal vez 5 cayeron en zonas poco compactas que amortiguaron el impacto pasando a ser el testimonio de que un día el “azar cósmico”, decidió que nuestro planeta fuese el punto final de un viaje que pudo durar millones de años.
Durante miles de años insectos, aves y reptiles reposaron en la superficie de los aerolitos, un sinfín de mamíferos grandes y pequeños los pisaron lamieron y se orinaron como si de una roca común se tratase. Ni tan siquiera los distintos tipos de homínidos que se tropezaron con alguna de las rocas provenientes del espacio les llegó a provocar ni el más mínimo interés.
Nada pasó hasta que un grupo de “hombres” reparó en la presencia de una de esas piedras.
En el origen tres personas llegaron a un asentamiento portando un objeto envuelto en pieles que resultó ser una pequeña piedra tan oscura que a pleno sol no reflejaba ni el más sutil rayo de luz. Aseguraron proceder del oeste de unas tierras más allá de cualquier territorio conocido por los habitantes de la aldea.
Durante meses, los tres viajeros compartieron el fuego nocturno con los aldeanos del clan de Safkan. contaban historias, dibujaban símbolos comunes en la tierra y por el día colaboraban en los trabajos cotidianos de la incipiente aldea.
Llegó el día en que los visitantes anunciaron su partida pues tenían la certeza que que sus anfitriones ya habían asumido que ellos pasaban a ser los custodios de la piedra oscura. Esta, sería alojada en un puesto elevado preservada del contacto de los más curiosos puesto que cualquier contacto por leve que fuese provocaba la muerte de aquel que la tocase.
La piedra fue elevada hasta la cima una colina y situada en su centro. En las primeras semanas varios niños y algún que otro adulto aparecieron muertos junto a la piedra , lo que obligó a los ancianos a recomendar que un grupo de vigilantes permaneciesen día y noche velando por la integridad de los más curiosos.
Grupos errantes se aproximaban atraídos por las hogueras que por la noche los vigilantes encendían en lo alto de la colina. la mayoría según se aproximaban daban con el poblado donde eran invitados a refugiarse de los peligros de la noche. Con las primeras luces del amanecer el resto descubrían alguno de los dos poblados más próximos a la colina …