No lo tengo nada claro pero, la verdad más obvia de la que dispongo es que “existo”.
Hay algunas cosas en las que creo y que considero verdades inquebrantables, como que mis padres me aman, pero incluso las verdades que íntimamente considero más sólidas e importantes palidecen ante la absoluta certeza y veracidad de que todo puede ser cuestionado. Y, claro, solo porque yo confíe en que algo es verdad, porque ha superado el tamiz que mi experiencia y memoria me proporcionan; no considero que sea suficiente para imponer como cierto algo que, como poco, está sujeto a verificación y opinión de aquellos que me escuchen.