Hoy día por el afán de desarrollo y el deseo del poder económico hemos olvidado lo importante que es crear, cuidar y vivir el entorno en el que nos movemos. Hemos hecho de las ciudades «máquinas» para vivir dentro de ellas, vamos construyendo por todos lados, con o sin razón innumerables edificaciones que creemos responderán y suplirán nuestras necesidades, sin darnos cuenta que muchas veces en vez de ayudarnos estamos creando limites y barreras para nuestro propio bienestar.