No es que las sociedades y civilizaciones de nuestra historia conocida requieran de un alto porcentaje de individuos ignorantes para prosperar. Lo cierto es que un alto porcentaje de individuos carecen de cualquier tipo de motivación que no sea su propia satisfacción personal y rechazan todo aquello que no les proporcione el placer inmediato. En ese aspecto seguimos siendo monos que preferimos masturbarnos a intentar compartir el placer con otros.