El que confía sus secretos a otro, se hace su esclavo.
El ordenador de Ángel continuaba sin demasiado éxito intentando descodificar la información del lápiz USB. La información estaba dividida en tres carpetas una contenía los archivos que Ángel intentaba desencriptar otra contenía una veintena de artículos sin relación y la tercera no había conseguido abrirla.
Ángel releía una y otra vez uno de los pocos textos que estaba logrando desencriptar.
Hasta aquí había llegado. El texto no presentaba un gran problema en cuestión de un par de horas ya tendría sentido. Sin embargo con el resto de documentos no parecía que fuese a conseguir mucho más sin la ayuda de los sistemas informáticos de los que disponía el CNI.
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