EL PSIQUISMO DE LAS PIEDRAS


PSIQUSMOLos druidas, sacerdotes celtas, aseguraban que en todas las piedras se podía encontrar la realidad de la existencia, porque eran casi inalterables al paso de los siglos. Las consideraban como parte de la vida, de una vida lenta, pausada y armónica. A ellas acudían para curar el alma, sanar el espíritu y aliviar el cuerpo.
Los cristales y gemas poseen un poder psíquico que nos es nuevo: «chamanes, druidas santones, magos, religiosos o místicos de todas las épocas han rendido culto, tributo y respeto a las gemas, piedras y minerales». Sólo las personas que han llegado a comprender cuál es la verdadera esencia de una gema o cristal son los que han podido emplearlas como aliadas en su vida.
Canalizar la fuerza la piedra o el cristal y también las gemas nos dan una referencia egregórica de la energía. El Egregor es una forma de comunión con la vida colectiva y las piedras; muestra de ello es la Piedra Negra de la Kaaba en La Meca, lugar al que acuden millones de personas año tras año». Los cristales pueden llegar a canalizar determinadas fuerzas de la psique. Una persona que esté bien relajada y en disposición de proyectar una idea o sueño puede ver que el cristal se muestra receptivo. Así funcionan terapias como la musical de los cuencos. “El cuenco canta y genera un sonido vibracional que al ser canalizado por el cuarzo es capaz de abrir las puertas al mundo de la ensoñación, de la intuición, del otro saber”
Cada vez más personas recurren a la terapia de los cuarzos en todo el mundo. Algunos optan por adoptarlos: «Pasan horas mirándolos, los tocan y luego escogen el que armoniza más con ellos. No se trata de comprar sino de adoptar un ser vivo cuya energía y vida estará latente en nuestra casa o en las manos. Sosteniendo una amatista entre sus manos y dejando que la mente se evada puede lograr proyectarse. «Los alumnos que se dejan llevar, pueden, por ejemplo, acceder a recuerdos que parecían perdidos, a vivencias que en ese instante contemplan con la serenidad que en otro momento no lograron. Algo similar sucede en las modernas sesiones de chakraterapia.
Determinadas gemas son colocadas de manera estratégica en los centros vitales del organismo denominados chacras. Al principio creen que sólo es un cristal. Pero quienes se atreven a ser humildes por un tiempo descubren que, tras desapegarse de lo tangible, comienzan a experimentar sensaciones. Frío o calor, serenidad, proyección, son algunas de las muchas impresiones que pueden llegar a descubrirse con un «simple cristal». Todos los expertos que trabajan con las gemas o las piedras, confirman que sólo la ausencia de respeto y de humildad son los causantes del mal o nulo funcionamiento de los seres del reino mineral. Se trata de respetar, no de venerar. «La clave está, en dejarse llevar por los seres que saben más que los humanos, por quienes ya estaban cuando llegamos y permanecerán cuando desaparezcamos».
En fin, los cristales, gemas y piedras se hallan presentes en todas las culturas y creencias del mundo. Sus posibilidades terapéuticas, armónicas y vibracionales son prácticamente inagotables. Recordemos siempre la misma máxima: no hay enfermedades, sino enfermos, no hay milagros sino creyentes, no hay sólo minerales, sino un mundo vivo esperando a recibirnos con los brazos abiertos para ofrecernos toda la sabiduría que seamos capaces de percibir.
La lectura del mensaje, hizo a Pípi ver sus piedras de una manera más allá del modo estético. Se levantó para dirigirse  hacia su colección de piedras y objetos decorativos no del todo convencionales. Cogió la pequeña caja de madera en cuyo interior estaba alojada su piedra plateada, abrió la caja y cuidadosamente la desenvolvió del trozo de tela que la protegía.  Después, la depósito en la palma de su mano notando en ella una frialdad extrema que no le desagrado, empezó a notar una sensación gran bienestar y tranquilidad. Dejo su mente en blanco sin pensamiento alguno que le pasara por la cabeza. El teléfono empezó a sonar devolviendo a Pípi a la realidad, dejo la piedra en el escritorio junto a la caja de madera y descolgó.
—¿Diga—? Nadie contestó. Colgó el teléfono, y volvió a sentarse delante del ordenador, echo una segunda mirada al correo electrónico. Sin duda se trataba de una campaña de marketing que presentaba algún tipo de curso de medicina natural.
—Si se trata de un curso—. Se dijo. —Puede que me interese—.
Seguro que Sergi le apoyaría estaría de baja por una buena temporada esperando los resultados de las pruebas que le había mandado hacer su medico. Una ola de bienestar invadió todo su cuerpo. Tras levantarse de la silla se dirigió a la ventana del comedor para abrirla. Era hora de ventilar la casa.
 
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