Calella. Viernes 15 de junio.


No olvides que quien te confió un secreto, no lleva comúnmente más que la máscara y el disfraz de hombre honrado.

El móvil de Sinlay sonó

—¿Diga?

—¿Hablo con el Señor Sinlay?

—Si soy yo ¿Con quien hablo?

—Soy amigo de las señoras Pipi y Pilar.

—Esperaba su llamada

—¿Puedo preguntarle, que interés tiene usted en Pilar y Pipi?

—Solo quería conocerlas entrevistarme con ellas. Como debería saber fueron acusadas de espionaje, necesitaba evaluar su perfil psicológico para descartar un peligro real.

— ¿Puedo preguntarle cual ha sido su conclusión?

—Por lo que a mi respecta no pienso volver a molestarlas. Tengo más interés en usted. Desconozco su identidad, trabaja en inteligencia aún que, dudo que sus superiores estén de acuerdo con los métodos que utiliza en su investigación así que debe estar prácticamente solo y sin apenas presupuesto para proseguir con su trabajo.

—Creo que si me hablase de usted y sus actividades mis fondos económicos tendrían un respiro.

—Lo lamento por usted, no soy una persona interesante. Dudo que saber algo de mi, le aporte nada positivo.

—Sin embargo por su posición podría proporcionarme las respuestas que necesito.

—Lo dudo. Las respuestas de las que dispongo están al alcance de cualquiera que dedique el tiempo necesario a obtenerlas, otras están demasiado por encima de lo que usted podría llegar a comprender.

—Aún así estaría dispuesto a correr el riesgo de perder mi tiempo escuchándole.

—Si realmente busca respuestas busque en los medios, suelo colaborar en ellos.

—Lo haré. Sin embargo no le importara que un día de estos nos reunamos. Seguro que encontraremos un tema común del que podamos charlar.

—Estaré encantado, pero preferiría que se remitiera al canal que le he sugerido

—¿Puedo insistir en la conveniencia para los dos de una reunión?

—Usted solo quiere información. Soy un poco reservado y reacio a las relaciones sociales pero ya que el teléfono ya no ofrece la discreción de hace unos años Mañana tengo la tarde libre ¿podrá organizar su agenda?

—Estaré en el bar de la playa donde conoció a Pilar y a Pipi a eso de las cinco. Muchas gracias señor Sinlay

—No hay de que, ¿señor…?

—Ángel.

***

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