Sin matemáticas no se penetra hasta el fondo de la filosofía; sin filosofía no se llega al fondo de las matemáticas; sin las dos no se ve el fondo de nada.
Por la noche Pilar volvió a reunirse con Osei. Disfrutaba de su formación en compañía de las estrellas. Las noches empezaban a ser frescas. Estaba llegando al final de su formación Había pasado casi un año y su vida había cambiado de forma radical.
Pensar en sus compañeros le causaba un dolor que consideraba innecesario e inútil. Durante el día leía y atendía las explicaciones de sus “tutores”. Las reuniones nocturnas seguían teniendo una apariencia casual que las hacia informales y distendidas, de ese modo facilitaba la asimilaron y el razonamiento de los
conceptos que adquiría durante el día.
—El recinto circular que encierra el ‘Paraíso terrestre’ no es más que la forma esférica universal y primordial. Estructura que, en lo fundamental, constituye a su vez el modelo en el que se inspirará la construcción de las ciudades y los recintos sagrados en todas las civilizaciones tradicionales. El hecho de que esas construcciones, a partir de un momento dado, se edifiquen en forma cuadrada en nada altera su sentido simbólico, pues el cuadrado o el cubo tridimensional, representa al círculo en su forma, por la cual se le considera como el símbolo de la Tierra, mientras que el círculo lo es del Cielo.
—Osei lo siento… Por algún motivo no me han dejado cenar y tengo hambre así que me voy a ir a dormir.
—Me parece que yo también haré lo mismo. Será mejor que esta noche guardes tu piedra en su estuche, creo que dormirás mejor—. Le aconsejo Osei.
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