La organización de una comunidad/pueblo eleva el nivel de complejidad de la vida diaria de sus integrantes. Llega un momento en que aquellos que se dedican a su gestión acaban por no producir recursos. La existencia de un gestor queda legitimada cuando su trabajo es capaz de mejorar las condiciones de vida de muchos productores.
El fomento del comercio con pueblos vecinos con el fin de abastecer a la comunidad de productos que son escasos o no existen en la propia población es el germen de la organización de lejanas y complejas expediciones para establecer rutas para el intercambio de recursos.
La creación de un caabasar o kervansaray literalmente «palacios de caravanas» donde las caravanas pueden reabastecerse, descansar y por supuesto comerciar es una construcción que resulta rentable a la comunidad.