Cuando desperté Auren brillaba con toda su intensidad Inmediatamente repare en que algo no iba bien,
-Buenos días Rojo ¿cómo te encuentras?
-Bien… supongo… ¿Cómo hemos llegado aquí? No recuerdo….
-Las medicina que tomamos nos hizo insensibles al frio y al dolor Eso nos permito hacer lo más difícil, levantarnos y llegar a este refugio.
-No recuerdo nada.
– Te dormiste tu cuerpo se quedó sin fuerzas y tuve que cargar contigo.
-Lo siento…
-Pensé en dejarte para que tus espíritus te llevaran con ellos… Luego recordé que me había comprometido a enseñarte todo lo que sé. Además; ahora vas a tener que ser tu quien va a tener que hacer todo el trabajo.
Padre estaba enfermo. La tormenta le había debilitado y su cuerpo se quejaba. Un dolor intenso en los pies le impedía caminar. A pesar de que sus dedos tenían un alarmante color morado no habían llegado a congelarse. Aún así tardaría muchos días en recuperarse.
-¿Sentiste miedo? Pregunte a Padre.
-Sentir miedo es, conveniente te obliga a estar siempre atento. Lo perjudicial es el pánico. Un miedo descontrolado e irracional. El pánico es destructor, arrastra a la desesperación, impide analizar la situación con claridad y tomar decisiones acertadas. Hay que valorar nuestros limites. Acometer empresas que luego no podremos terminar sólo sirve para derrochar una energía muy valiosa y que nos invada la desesperación.
-Tenemos todo lo necesario para pasar el día descansando. Mañana tendrás mucho trabajo. Necesitaremos leña reabastecer nuestra bolsa de hiervas, hacer un paravientos con piedras un cuenco para guardar agua y más comida……..